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Por una EDUCACIÓN popular en POLÍTICA

La política sin militancia

« No debemos olvidar que no se hace la historia sin grandeza de espíritu, sin una elevada moral, sin gestos nobles. La actividad revolucionaria y el profundo humanitarismo: tal es el único y verdadero aliento vital del socialismo » Rosa Luxemburgo.

Para hablar de la militancia política en Colombia es necesario iniciar con un breve resumen de los partidos políticos, la volatilidad y la fragmentación. Partidos convertidos en empresas electorales, de contratos, de influencias que no permiten consolidar una militancia de compromiso social, humano y pedagógico. ¿Pero está la ciudadanía interesada en ser militante?

Del bipartidismo al multipartidismo

El bipartidismo en Colombia fue predominante hasta inicios de los años noventa donde se introduce una serie de reformas políticas y electorales [1] con el fin de promover el tránsito a un sistema multipartidista. Es así como surgen los diferentes movimientos y partidos políticos que se denominan alternativos a la política tradicional representada en liberales y conservadores. Y con este rompimiento del bipartidismo y la apertura al multipartidismo se puede observar una constante: el desarraigo de los partidos y su pérdida de legitimidad.

El multipartidismo fragmentado

De esta manera llega una fragmentación y la alta volatilidad electoral [2] debido al cambio de orillas políticas de diversos militantes de los partidos políticos. Esto se explica por el clientelismo, el interés personal y por la rápida mutación de estos nuevos partidos a las prácticas electorales tradicionales, burocracia, pago de favores, entre otros.

Por otro lado, es importante resaltar que pese a las reformas, el sistema electoral actual contiene aún con una serie de restricciones u obstáculos. Estas barreras permiten la atomización partidista y la tendencia a crear microempresas electorales.

El clintelismo remplaza la militancia

« El umbral electoral y los nuevos requisitos para acceder y mantener la personería jurídica marcan un contraste con el sistema abierto y favorable a los pequeños partidos » [3].

Si bien la finalidad de las reformas electorales son las de permitir una mayor participación y representación, en la realidad no se aplica.

Muchos partidos, poca consolidación

“El NEP es un indicador del grado de fragmentación del voto que permite identificar cuantos partidos efectivamente compitieron en un evento electoral teniendo en cuenta no solamente el número de partidos en competencia sino la proporción de votos (o escaños) que obtuvieron en la misma. Siguiendo este indicador podemos ver la baja participación real de partidos políticos que permita una verdadera democracia representativa”[4].

Fuente: M, Batle & JR, Puyana [5]

Si se revisa el número efectivo de candidatos presidenciales de la siguiente tabla, también se puede observar que si bien existen muchos partidos políticos y movimientos, pocos logran la consolidación de una campaña política.

Fuente:J, Duque Daza [6]

Actualmente en Colombia existen 16 partidos políticos y movimientos, incluido el partido FARC, según datos de CNE. Mostrando la diversidad de fórmulas que buscan captar votos de una ciudadanía cada vez más desconfiada de la clase política.

Partidos políticos. Fuente: CNE

Pese al alto número de partidos y movimientos políticos que surgen luego de las reformas políticas, la fragmentación y la alta volatilidad dentro de los partidos políticos se mantiene. Eso se ve reflejado en la desconfianza del ciudadano en dar su voto, así como en el abstencionismo y en el pensamiento apolítico en la gran mayoría de los colombianos. Y se expresa en el desinterés de participar en temas locales, barriales, movimientos sociales, asociaciones voluntarias, acciones de protesta. Como en la poca participación dentro de sindicatos y partidos políticos.

Lo anterior no solo tiene una base en el sistema electoral, existe un tema que pocos hablan y que poco se analiza, la militancia dentro de los partidos políticos y sus problemas.

¿Qué es la Militancia?

“La decisión de participar en política no determina la posibilidad de hacerlo. Es posible observar un conjunto de factores externos a los sujetos que son realmente fundamentales para iniciar un compromiso político: las redes interpersonales (o redes sociales), los clivajes políticos y la oferta de participación”[7].

La militancia es apoyar una causa o proyecto o formar parte de una colectividad o partido político. Es decir, se puede desarrollar desde lo político, lo colectivo o lo individual. El Militante político es aquella persona que desarrolla su militancia dentro de un partido político haciendo parte de sus bases y compartiendo su ideología.

« … La militancia tiene como objetivo siempre cambiar la realidad por lo cual formar parte de algún grupo en ese estilo nos permite acercarnos lo más posible a transformar aquellas cosas que nos gustaría que sean diferentes »[8].

Del revolucionario al oportunista

En el libro de J. Stauber & S. Rampton « La industria de la mentira », narran lo que dice el lobbista Ronald Duchin, diplomado de U. Militar y especialista en espionaje e infiltración. Duchin explica como destruir los movimientos, describe 4 tipos de militantes: los revolucionarios, los idealistas, los realistas y los oportunistas y propone:

  1. Aislar a los revolucionarios.
  2. Halagar a los idealistas, formarlos, manejarlos delicadamente para que sean realistas.
  3. Los realistas no desean un cambio radical y llegan a adoptar fácilmente el punto de vista de la industria amenazada.
  4. A los oportunistas hay que darles visibilidad, poder, están allí por un puesto, celebridad…

De esta manera R. Duchinel aconseja trabajar con los realistas que saben hacer compromisos para hacer perder la credibilidad en los revolucionarios. Y al final, apoyarse en los oportunistas con los cuales pueden elaborar una solución definitiva que sirva a los intereses de la industria a proteger.

¿Hay en Colombia militancia?

Como se mencionó anteriormente, en Colombia el sistema electoral actual ha facilitado un escenario de microempresas electorales y por tal razón encontramos:

  • Migraciones políticas por cálculos electorales (paso de un partido político a otro por avales).
  • Clientelismo que se reduce en él tú me apoyas, yo te apoyo que incluye nombramientos en cargos a nombre propio, para sus hijos y familiares a cambio de votos y apoyos estratégicos.
  • Interés personal por encima de una causa.
  • Fuerzas externas rompen los movimientos (presiones de grandes poderes económicos y los medios hegemónicos de comunicación).
  • Chantaje de las causas a través de prebendas.

Sin voluntad política no hay militancia

La práctica más usual de una falsa militancia son los clientelistas y /o los oportunistas. Ellos solo buscan su beneficio personal y cambian de partido político según sus intereses. Depende de la posibilidad que tengan para ganar un aval, un cargo de elección publica o un nombramiento a nombre propio o algún familiar y modifican su opinión según les convenga.

Así, un día son los defensores a ultranza de la vida, de los ecosistemas, de los animales, del feminismo y al otro, luego de obtener los beneficios deseados, cambian al banco contrario. Por lo general terminan en la doble militancia, un tema que poco o nada les importa. La estrategia es simple, hacer campaña por el candidato que más opción tenga o entrar al ataque sin contemplación contra el opositor.

Mirando con lupa la « militancia »

Defensores, cálculos políticos, la academia

  1. Ser defensor de una causa en elecciones para luego formar parte de la alcaldía que hará todo lo contrario a las promesas de campaña.
En campaña, la defensa de la séptima / después de la campaña calla.
Cuando no se tiene puesto se critica al partido verde, hoy con un puesto, mejor callar

2. Los militantes de los cálculos políticos. Es prometer cosas contrarias a su actuar y cuando obtiene el cargo de elección popular se acomodan al discurso del gobernante de turno.

El concejal Sarmiento en la era Peñalosa criticando y « defendiendo » un modelo de ciudad
El concejal Sarmiento disculpando el incumplimiento de Claudia López con sus votantes

3. Los académicos que asumen la militancia como una forma para escalar. Ya sea en su carrera intelectual pública o en la vida pública a través de la consolidación de su imagen.

Por lo general defienden causas anti neoliberales, pero su actuar es incoherente. Este tipo de militancia no necesariamente está tras un cargo de elección popular, su principal objetivo es tener figuración.

Cuando es la academia la única autoridad que puede representar el feminismo.
Las « militantes » del ser y no ser, las que no son de ningún partido, las veletas.

Y frente a cualquier crítica o disenso y bajo su supuesta autoridad académica, la burla, envían a leer o simplemente bloquean (redes) al interlocutor. Cuando no juegan la carta de la victimización.

La académica que amenaza
Las académicas, frene al disenso, el bloqueo al interlocutor

No militantes, artistas, doble militancia

4. Los no militantes. Son los seguidores que dicen no ser fanáticos, señalan a los otros de serlo, pero al final se comportan como tal.

No cuenta con ninguna formación política y piensan que la política solo es para ganar elecciones y no para pedir derechos y cambiar el sistema. No hay ideales políticos. No conocen la política fuera de los personalismos y en redes sociales solo tienen insultos para defender a la figura que siguen.

Pero tampoco tienen el compromiso suficiente para ser militantes porque no entienden las dinámicas de la política genuina. No saben defender las causas que son, justamente, las que requiere un trabajo de pedagogía.

Militantes sin disenso, los istas como discurso. O eres del MOIR o eres un ista
Las militantes que no conocen el disenso, te insulto y te bloqueo (en redes)

5. Artistas que generan un falso activismo en las redes sociales. Son principalmente personas que por su popularidad llegan fácilmente a la gente y crean mensajes relacionales. Y detrás de esas causas defendidas hay contratos. O la promoción de su imagen para la próxima serie de televisión, el nuevo reality show, la nueva canción. Y por lo general (en el país son de centro) son afines a partidos políticos a los cuales poco o nada les interesa un cambio de fondo. Son políticos que solo quieren refrescar su imagen a través de estas figuras.

6. La doble militancia. El estatuto de la oposición han afectado la elección de varios ex-candidatos. Las constantes demandas por la pérdida de curules o renuncias a nombramientos ya consolidados solo reflejan que no existe un ejercicio de revisión de las normas y que prima el interés personal para acceder a un cargo de elección popular, buscar caudal electoral, saltar de una orilla política a otra.

Militar por el bien común

Sin militancia

Es por esto que se debe tener en cuenta que la militancia es una actividad dinámica que llevan adelante los sujetos y que sus vidas se encuentran atravesadas por otros factores, familiares, de salud, laborales, etc., que pueden influir en el abandono del compromiso [9].

Sin militancia no hay política y solo se defienden los interés individuales

En la realidad vemos como los colectivos ciudadanos terminan cediendo por diferentes motivos. Militantes que solo quieren reconocimiento político, personas que terminan negociando debajo de la mesa la causa y /o vendiendo información relevante a la contraparte. O representantes de los partidos políticos que se acercan a los ciudadanos con el único fin de ganar votos, pero ya en el poder incumplen sus promesas.

De la ciudadanía libre a la militancia política

Por consiguiente, es importante tener en cuenta que como sociedad colombiana debemos ir más allá del antiuribismo. Es necesario buscar militantes que realmente estén comprometidos con la gente, con sus causas.

Personas que quieran hacer cambios de fondo y no solo favorecerse a nivel personal. Para ello es vital revisar trayectorias políticas, experiencia, causas defendidas, el contacto con la comunidad, el conocimiento del territorio.

Así mismo debemos pasar de las ciudadanías libres a una militancia política. Es imperativo y vital, en este momento histórico del país, crear un sentido de pertenencia y construir un tejido social. Hay que romper con el modelo individualista para organizarnos como comunidad, creando vínculos y lazos fraternos. Y la motivación principal debe ser la transformación del sistema opresor para construir una sociedad con equidad y justicia social.

Bibliografía

Citas

[1] Constitución de 1991 flexibilizó los requisitos para fundar partidos políticos y la libertad para apoyar candidatos y presentar listas a las diferentes corporaciones de elección popular, Reforma constitucional del 2003, Reforma constitucional del 2009 y la Ley de partidos (1475) 2011 y actualmente está en curso una nueva reforma política.

[2] Batle, M., & JR. Puyana, 2013 (ref. lectura Batle)

[3] J. Duque Daza, 2018 (ref. lectura Duque)

[4] Electoral, M. d. (2011). Número de Efectivo de Partidos . Colombia.

[5] M. Batlle & JR. Puyana

[6] J. Duque Daz, 2018 (ref.lectura Duque)

[7]AP. Berardi Spairani, 2020 (ref. lectura Berardi)

[8] C. Bembibre, 2018 (ref. lectura Bembibre)

[9] AP.Berardi Spairani, 2020 (ref. lectura Berardi)

Referencias

Referencias que se encuentra fácilmente en internet o en las bibliotecas virtuales como la Luis Ángel Arango. Click aquí y los llevará a la biblioteca.