Una importante especie biológica corre el riesgo de extinción por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el ser humano […]. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son fundamentalmente responsables de la atroz destrucción del medio ambiente […]. El 20% de la población mundial consumen dos tercios de los metales, tres cuartos de la energía producida en el mundo. Han contaminado mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera con gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que estamos empezando a sufrir. Los bosques desaparecen, los desiertos se expanden, miles de millones de toneladas de tierra fértil terminan cada año en el mar, muchas especies están desapareciendo […]. Si queremos salvar a la humanidad de esta autodestrucción, debemos distribuir mejor la riqueza y las tecnologías del planeta. Menos lujo y menos desperdicio en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra […]. Apliquemos un orden económico internacional justo […] Paguemos la deuda ecológica y no la deuda externa […]. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que deberíamos haber hecho hace mucho tiempo. Fidel Castro, 1992 [1].
Palabras
El ser humano parece no haber entendido que para su propia supervivencia es primordial conservar el medio ambiente. Si navegamos en internet, encontraremos miles de páginas en las que nos informan sobre la importancia de cuidar la naturaleza, podemos escuchar a los representantes de las grandes « potencias » alzar la voz frente al cambio climático o hacer protocolos como el de Kioto y/o acuerdos como el de París, pero nada cambia, mucho discurso y poca acción. Y hoy, frente a una nueva pandemia que ha dejado millones de muertos, otra más de tantas, el pánico y el miedo. Mucha ineptitud de los gobernantes, con medidas autoritarias y sin soluciones reales e invirtiendo millones en una vacuna que por si sola NO será la solución, como lo ha demostrado la misma historia. Es decir, no aprendemos de los errores del pasado y seguimos en el mismo camino, destruyendo la naturaleza y contaminando el planeta.
El desprecio por la naturaleza
Conquistando y deforestando
Mientras las sociedades tradicionales, como los nativos de América Latina, han vivido siempre en armonía con la naturaleza, las sociedades occidentales han vivido durante mucho tiempo en conflicto con ella. Podemos tomar como ejemplo los bosques, estos no eran solamente un recurso de energía o materiales de construcción (por ejemplo, los romanos destruyeron bosques hasta Escocia para la construcción de sus barcos), también se les ha considerado responsable de los malos climas, en particular de las lluvias torrenciales en las regiones tropicales [2].
Y bajo esa repulsión a la naturaleza, los conquistadores no quedaron asombrados con la exuberancia de los bosques que descubrieron. En parte porque les impedía cultivar o criar animales, pero también porque consideraban las selvas tropicales como un « infierno verde ». Y es así como los nuevos amos del mundo empezaron a limpiar las colonias en casi todas partes.
Pero al « descolonizar », los nuevos dirigentes de las excolonias siguieron con esa repulsión y el mismo desprecio, como revelan las palabras del político conservador colombiano, Laureano Gómez en 1928:
Es una profunda inercia para la cultura, una letargía invencible. El medio ambiente era en parte responsable de ese letargo: “bajo aquel suntuoso y aterciopelado manto no hay nada útil para la vida humana, sino bejucos y maleza.” [3]
Laureano Gómez, 1928
Desarrollo primero
Dirigentes que han pasado por encima de la naturaleza porque frena el « desarrollo » y así lo han demostrado en los diferentes eventos que han realizado desde 1949, como en la Conferencia Científica de las Naciones Unidas sobre Conservación y Utilización de los Recursos (Lake Success, Nueva York, de 17 de agosto a 6 de septiembre) fue el primer órgano de las Naciones Unidas en ocuparse del uso y agotamiento de dichos recursos. Sin embargo, la atención se centraba fundamentalmente en cómo gestionarlos en beneficio del desarrollo económico y social, pero sin preocuparse por su conservación [4]. Dirigentes convencidos que los recursos naturales son infinitos y es por eso que hoy, en plena pandemia, siguen privilegiando el cemento o el ladrillo a la naturaleza, cambiando hasta las normas ambientales para no parar el « desarrollo » económico.
En otras palabras, lo que está sucediendo hoy ante nuestros ojos tiene raíces mucho más profundas que el simple atractivo de una ganancia inmediata. La aparente casualidad con la que los actores políticos pueden sacrificar la naturaleza en favor de la economía es mucho más que una mera colusión o una convergencia de intereses, se basa principalmente en una forma de aversión profunda a la naturaleza. Por eso es tan difícil discutir racionalmente con tales funcionarios que, casualmente, también a menudo niegan el calentamiento global.
Destruyendo
Y esa aversión o repulsión y el desprecio de ayer siguen vigentes también hoy en Colombia, así lo confirman los gobernantes como el presidente Iván Duque, el que permite la técnica del Fracking (fracturación hidráulica) que acaba con las fuentes de agua. Continuando también con la minería del oro, carbón etc, destructoras del medio ambiente, así como con la agricultura intensiva de monocultivos de caña de azúcar o palma africana que contribuyen a la deforestación, contaminan los ríos y acaban con los suelos. Sin olvidar el acaparamiento de tierras, el despojo y la muerte. Con el mismo discurso, « el desarrollo económico » por encima de la naturaleza y la vida.
Salud y medio ambiente
Oxigeno vs contaminación
Así, entre la repulsión a la naturaleza de los que nos gobiernan y los intereses económicos, el oxígeno se va agotando, un elemento esencial para la supervivencia y el que interviene también en la regulación de los ciclos del carbono y los principales nutrientes. Y entre la falta de oxígeno y la contaminación del aire, agua y tierra, lo explican los científicos, somos cada día más vulnerables y frágiles. Según la OMS, cada año mueren 12,6 millones de personas a causa de la insalubridad del medio ambiente.
Aumentan las enfermedades
Del mismo modo, varios expertos a nivel mundial señalan y denuncian la estrecha relación entre la contaminación y el deterioro de la salud así como la reducción de la esperanza de vida. Y con el aumento de la contaminación, el aumento de las enfermedades como la hipertensión, cáncer, respiratorias, la depresión y el suicidio.
En el diario The Guardian el artículo « Revelado: la contaminación del aire puede estar dañando « todos los órganos del cuerpo« , los médicos concluyen: « tenemos megaciudades donde todos los ciudadanos están respirando aire tóxico y con todas las toneladas de evidencia que hemos recopilado ahora los políticos no podrán decir que no lo sabían ».
Bogotá se queda sin oxigeno
Ciudad asfixiada
Y Bogotá es una de las ciudades más contaminadas del mundo, como lo dicen en el Noticiero de Noticias Uno el 21 de junio del 2020 y la quinta ciudad de América Latina como lo escriben en el informativo alemán DW. Esta pésima calidad del aire se debe, entre otras cosas, a la combustión del diésel (transporte transmilenio), al gas natural, a las industrias, etc. Pero por otro lado, debido también a la destrucción de los bosques, humedales y a la tala indiscriminada de árboles reemplazando lo verde por cemento y por canchas sintéticas (cancerígenas), como lo explica el Dr. Gonzalo Diaz, quien lleva más de 15 años alertando sobre la incidencia de la contaminación en la salud.
Verde sin verde
Pero a pesar de las recomendaciones, de las denuncias, de los enfermos empilándose en los hospitales y de los muertos, los gobernantes siguen destruyendo un bien común: la naturaleza. Otro ejemplo de ello es la alcaldesa de Bogotá Claudia López – del partido verde con un discurso sobre el medio ambiente – quien sigue con la política de acabar con el medio ambiente. Es decir, la demagogia, escribir y hablar bonito, pero la realidad es otra: la destrucción y la violencia. Talando árboles y destruyendo humedales para poner más cemento y abrir más vías para favorecer a los financiadores. Es una ciudad que cada día tiene menos oxígeno y más aire contaminado.
La ciudadanía denuncia el ecocidio y la violencia de una alcaldía que no tiene en cuenta la naturaleza y no ha cumplido la palabra al romper el pacto ambiental con el cual la alcaldesa se había comprometido. La alcaldía de Claudia López acabó con el humedal Madre de Agua, informe en el Tercer Canal.
Los humedales son zonas húmedas ricas en biodiversidad y dignas de conservar para mantener el equilibrio del ecosistema, sin embargo, la administración de Bogotá prefiere destruir el humedal Madre de agua para abrir la Avenida Guayacanes que va a traer más tráfico pesado. Es decir, denuncia una defensora de los humedales, cambiamos un pulmón por más contaminación. Además, explica, hay un área en sesión del Bosque Bavaria lo que significa que cientos de árboles serán talados. Los gobernantes, en plena pandemia, no han comprendido nada de la importancia de la naturaleza para preservar la vida.
La violencia verde
Y así, frente a la pandemia que deja miles de enfermos y muertos, una ciudad asfixiada por la contaminación, pedir el derecho a un ambiente sano y la protección de la naturaleza, la alcaldía de Bogotá tiene como respuesta:
- Las mentiras: que no existe el humedal, es un charco, nunca fue reconocido por la CAR ni por la red de humedales de Bogotá.
- La violencia: enviar a la policía a golpear y a arrestar a la ciudadanía.
- La prioridad: proteger a la constructora.
- El autoritarismo: no permitir la veeduría ciudadana.
Los humedales son vida
El estancamiento social
Los humedales han generado una aversión peor que el bosque, estos eran considerados como lugares infestados de mosquitos y otros bichos, por no hablar, p.e, de epidemias como el cólera. Después de la revolución francesa también se animó a eliminar los estanques y pantanos (a menudo asociados con el clero) por ser ¡responsables del estancamiento social! en términos generales, el « progreso » se ha asociado a la regresión de los humedales [5].
Y como ocurre con los bosques, ahora sabemos que los humedales son verdaderos reservorios de biodiversidad y aunque existen muchas otras razones vinculadas a la actividad humana, la desaparición de los humedales ha jugado un papel clave en el actual colapso de la biodiversidad.
Humedales y biodiversidad
En el libro Aves de la Sabana de Bogotá, guía de campo de Asociación Bogotana de Ornitóloga Bogotá, ABO, CAR 2000 encontramos el mapa con algunos lugares para la observación de aves, entre ellos, los humedales.
Los humedales según Convención de Ramsar se refiere a toda área terrestre que está saturada o inundada de agua de manera estacional o permanente. Entre los humedales continentales se incluyen acuíferos, lagos, ríos, arroyos, marismas, turberas, lagunas, llanuras de inundación y pantanos. Entre los humedales costeros se incluyen todo el litoral, manglares, marismas de agua salada, estuarios, albuferas o lagunas litorales, praderas de pastos marinos y arrecifes de corales.
Son importantes por:
– Proporcionan agua dulce para nuestras necesidades básicas (beber, cocinar y asearnos) y para el riego.
– Alimentan a la humanidad: el arroz, cultivado en arrozales que constituyen humedales, es el alimento básico de casi 3.000 millones de personas y representa el 20 % de la alimentación del mundo.
-Amortiguadores de la naturaleza en las cuencas fluviales actúan como esponjas naturales, absorbiendo las precipitaciones y reduciendo el impacto de las inundaciones. La misma capacidad de almacenamiento constituye una salvaguardia contra la sequía. Los manglares y los arrecifes de coral reducen la velocidad y la altura de las mareas de tempestad y el impacto de los maremotos y huracanes.
– Esenciales para la biodiversidad porque albergan más de 100.000 especies de agua dulce conocidas, y esta cifra aumenta continuamente. También son esenciales para muchos anfibios y para la reproducción y la migración de las aves. Los humedales proporcionan productos y medios de vida sostenibles [6].
Ramsar
A la ciudadanía de unirse, exigir y actuar
Es importante unirnos en torno a un proyecto en común como lo es la conservación de la naturaleza que es vital para la preservación de la vida. Debemos exigir políticas claras para garantizar el cuidado y la restauración de la naturaleza como la que existe aún en las zonas urbanas. Por esto es importante organizarse, informarse, hacer pedagogía para que la ciudadanía comprenda que la naturaleza es un derecho y es nuestra principal aliada para hacer frente a, p.e. una pandemia.
Greenpeace dice: « El impulso necesario para enfrentar el desafío climático debe empezar ante todo por las autoridades públicas y no puede limitarse a la movilización individual. Más que nunca, necesitamos una respuesta política para satisfacer las urgencias »
Proteger y conservar es la solución
Miremos a Cuba, uno de sus logros ha sido el haber comprendido la importancia de conservar el medio ambiente, además de tener un sistema de salud basado en la prevención. Las estadísticas lo confirman, el Coronavirus en Cuba, a pesar del turismo, ha dejado 208 muertes, en Colombia 52.523 y subiendo.
Pero también es indispensable proteger a los pueblos indígenas que saben vivir en armonía con la naturaleza y nos pueden enseñar a convivir en equilibrio con ella, como lo explica el el director de Survival International, Stephen Corry: « los pueblos indígenas y tribales cuidan de sus entornos mejor que nadie », ya que « han dependido de ellos y los han gestionado durante miles de años ». Las poblaciones indígenas son imprescindibles para la Naturaleza.
Citas
[1] Fidel Castro Ruz, » Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en Río de Janeiro, Brasil, el 12 de junio de 1992 « , Granma, 3 février 2007.
[2] JB Fressoz y F. Locher. Los rebeldes del cielo. Una historia del cambio climático del XV al XX siglo. Ed. Du Seuil, 2020.
[3]Jason McGraw , Purificar la nación:eugenesia, higiene y renovación moral-racial de la periferia del Caribe colombiano, 1900-1930. Agosto 2007,
http://journals.openedition.org/revestudsoc/19792
[4] ONU. De Estocolmo a Kioto:breve historia del cambio climático. https://www.un.org/es/chronicle/article/de-estocolmo-kyotobreve-historia-del-cambio-climatico
[5]JB Fressoz y F. Locher. Los rebeldes del cielo. Una historia del cambio climático del XV al XX siglo. Ed. Du Seuil, 2020.
[6] Ramsar. La Convención de Ramsar: ¿de qué trata?. www.ramsar.org
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