Nuestro pueblo y nuestra selva valen más que todas las petroleras del mundo y sus magnates juntos. Nos hablan de una globalización que nos quiere desechar por el hecho de que no hablamos el lenguaje del dinero y el mercado. Comunidad indígena Sarayaku, Sarayaku, El libro de la vida de Sarayaku para defender nuestro futuro.
En respuesta a la columna Generar riqueza del senador Gustavo Petro https://cuartodehora.com/2021/04/04/generar-riqueza/
Cambiar el sistema depredador
Cambiar el sistema depredador de Colombia para acabar con el saqueo de los recursos naturales, solo podemos estar de acuerdo con el senador Gustavo Petro. De hecho, Colombia vive en la misma modalidad económica que su vecina Venezuela, muy difamada. Es cierto que el discurso es muy diferente, pero al final es lo mismo de siempre, la sobreexplotación (legal o ilegal) de los recursos naturales es la base de la economía. Puede ser que el aparato industrial no sea tan incipiente como el de Venezuela, porque en efecto, Colombia tiene un fuerte potencial de « desarrollo » en el sentido occidental del término, pero creador de conflictos.
En Colombia (conflictos, droga y paz,2009), la competencia por recursos naturales escasos y la gestión no sostenible de los entornos naturales a menudo son causa de conflictos entre dos grandes tipos de intereses: por una parte el interés de su explotación y de los beneficios materiales que ella significa para determinados grupos o personas (intereses individuales económicos y sociales) y por otra parte el interés de preservar el medio ambiente y proteger la cultura de los pueblos que habitan en esos territorios (intereses colectivos ambientales y culturales). La historia de Colombia presenta muchos ejemplos de estos conflictos de intereses, que típicamente toman la forma de conflictos entre empresas (mineras, agroindustriales, forestales, energéticas o de infraestructura) y comunidades locales que ven amenazadas las bases biológicas, físicas y sociales de su existencia por grandes proyectos de inversión [1].
Laura Camila Galvis Santacruz,2011
Consideraciones
En cuanto a la alternativa propuesta por José Gabriel Palma, hay que considerar dos cosas:
– el país elegido como modelo
– el propio autor
Cuando se trata de Corea, no es necesario ser un experto en economía o geopolítica para comprender que la difícil situación de los coreanos es apenas más envidiable que la de los colombianos y el nivel de vida no tiene nada que ver con lo que dice el « experto ». Una de las mayores tazas de suicidio [2], estrés laboral, jornada laboral, etc. Entonces, ¿es este el modelo igualitario que necesitamos para asegurar una mejor calidad de vida al pueblo colombiano? Para una pequeña élite, sin duda, pero no para la gran mayoría con ingresos insuficientes. ¿Es este el modelo para salir de la espiral de violencia que atraviesa buena parte de la población? No, y es necesario buscar algo adecuado a las necesidades propias del país.
Sin democracia
Respecto a Palma, es un soldadito valiente que cabalga sobre una ola global particularmente peligrosa, que se podría llamar: “¡basta la democracia! “. De hecho, la democracia, o más bien su simulacro, ha sido vista durante mucho tiempo por las élites como una solución provisional que permite manipular a las masas a bajo costo.
Tenemos representantes políticos que creen que China es un país autoritario, dictatorial, incluso totalitario. Durante mucho tiempo, el discurso dominante fue tocquevilleno (Alexis de Tocqueville) , y sostuvo que la democracia no iba a dejar de extenderse, lo que además implicaba controlarla, domesticandola con representantes más competentes, para evitar la « tiranía de la mayoría ». Pero desde que la población comenzó a desafiar las decisiones de los gobernantes, especialmente sobre la Unión Europea y la globalización, el discurso dominante sobre la democracia ha cambiado profundamente. Algunos llegan a pensar que puede que ya no sea adecuado en un contexto de crisis, especialmente porque se le acusa de permitir que prosperen poblaciones cada vez más conspirativas, populistas o irracionales, mientras que China y los países asiáticos autoritarios lo habrían hecho maravillosamente bien durante esta pandemia [3].
Barbara Stiegler , 2021
Pero el viento está cambiando porque es un efecto secundario del calentamiento global y el inminente agotamiento de los hidrocarburos, los pueblos se rebelan contra las crecientes desigualdades.
Además, nuestras necesidades energéticas no van a decrecer si seguimos con el mismo modelo de crecimiento infinito y sea cual sea la solución que se elija, no habrá para todo el mundo. Ya sea nuclear, en países que dominan esta tecnología, o aerogeneradores, o incluso solar a gran escala como en España¸ todas estas energías requieren inversiones colosales con respecto a los combustibles fósiles.
Autoritatismo
Uno de los modelos posibles de sociedad, vinculados a este modo de producción de energía es un sistema autoritario, digamos chino para simplificar. De hecho, un sistema de este tipo permite una planificación a largo plazo, que es fundamental para tranquilizar a los inversores y obtener el capital a un mejor costo. Todo esto explica el por qué escuchamos cada vez más que, en definitiva, un sistema al estilo chino al menos genera crecimiento cuando el resto del mundo se estanca. Así que ideológicamente China y Corea del Sur no son iguales, ¿cierto? Al menos en apariencia. Porque cuando se trata del bienestar de los trabajadores, la diferencia es sutil.
Ese entusiasmo por el modelo chino/oriental, se ha vuelto aún más fuerte con la epidemia de la COVID. Se elogia la disciplina asiática, la eficacia de su método de lucha contra la pandemia, etc. Hay que resaltar que tienen una larga experiencia teniendo en cuenta su forma de vida de ciudades concentradas, superpoblación, un terreno propicio para el desarrollo de las zoonosis, y este país ha sido la principal cuna de las enfermedades infecciosas modernas, siendo la más famosa, la influenza.
Reinventar la democracia
Sin embargo, otro camino es posible, el de una sociedad en la que efectivamente se reduzcan las desigualdades y en la que la democracia se reinvente de manera participativa. Claro que, este es el mayor peligro que jamás hayan enfrentado las élites que nos gobiernan, el pueplo organizando la democracia. En otras palabras, la lucha de las próximas décadas es crucial porque ¿Vamos a cambiar a regímenes autoritarios o finalmente construiremos democracias reales? .
Debemos tener claro que la lucha que viene no se hará con alegría y buen humor yendo a votar cada 4 años. En la historia de la humanidad, ningún derecho se ha obtenido sin lucha (lo que no significa lucha armada, opción que ha demostrado que conduce a un callejón sin salida).
Consumir poca energía
Retomando las necesidades energéticas, la energía fotovoltaica requiere menos inversión y puede ser una solución a pequeña escala. Pero a gran escala, cuando se trata de descarbonizar la economía, es un engaño porque la contaminación se crea durante la fabricación en el país del fabricante, por el momento: China. Por motivos similares, el coche eléctrico puede formar parte de las soluciones, pero la infraestructura también requiere inversiones colosales y de minerales como el litio. En las zonas urbanas, será necesario limitarse a vehículos muy ligeros, consuimidores de poca energía, como las bicicletas. Por lo demás, las necesidades de viajes urbanos deben cubrirse con transporte público.
Para frenar el deterioro de nuestras condiciones de vida, es evidente que el medio ambiente juega un papel importante. Tres entornos deben ser objeto de medidas prioritarias de conservación / restauración: bosques, humedales y páramos. Así podríamos actuar sobre la disponibilidad de agua, limitar las inundaciones y almacenar más CO2. Es de tener en cuenta que estos entornos también son los principales centros de la biodiversidad. Asi mismo, esto implica reformar la agricultura intensiva, que es una fuente de gran derroche de agua, por no hablar de la contaminación (como los herbicidas). Las superficies cultivadas deben utilizarse sobre todo para producir alimentos de calidad y no para traer divisas, pues es aberrante que un pais agrícola como Colombia importe hoy gran parte de los alimentos básicos, que además son de mala y baja calidad nutricional.
Corea, no gracias
Asi que, no gracias, Corea no puede ser un modelo para Colombia, este país ya ha sufrido bastante y no es cambiando el modo de tortura como vamos a arreglar las cosas. Adicionalmente al sistema politico, Corea del Sur también contribuye a la destrucción del medio ambiente y a la violación de los derechos humanos con sus empresas, igual a como lo hacen los paises occidentales, ver el ejemplo de Indonesia y el aceite de palma.
« La mayor parte de este aceite de palma proviene de Indonesia y Malasia y hasta hace poco se utilizaba en alimentos procesados, como los fideos instantáneos. Pero bajo el « Green New Deal » del país introducido a principios de este año, el aceite de palma se promueve como fuente de energía renovable, como biocombustible para el transporte y la generación de energía » [4]
Moderndiplomacy
En realidad, en la actualidad no existe un modelo digno de copiar y que esté funcionando, hay que inventarlo todo, y no solo en Colombia. ¿Por qué ? Porque vivimos en un mundo de recursos finitos y esta simple observación está ausente en los modelos económicos. En otras palabras, casi todos los economistas ortodoxos del mundo, en general los expertos que aconsejan a los gobiernos, están completamente desconectados de la realidad y viven en un mundo imaginario que se comporta como sus modelos matemáticos. Pero la realidad se niega obstinadamente a ajustarse a estos modelos y si, ¡el mundo es cruel!
¿Crecimiento?
Asi que, ¿el crecimiento?, pero, ¿qué crecimiento en un mundo en recesión? ¿El famoso crecimiento verde?,un último intento de revivir el capitalismo enverdeciéndolo un poco, pero lo cierto es que este sistema se está agotando, ha demostrado que es incapaz de cubrir las necesidades básicas de una población que aún está lejos de estar estabilizada. Es hora de entender que es necesario reorientar la industria hacia la producción de bienes estrictamente necesarios, fácilmente reparables y poco ávidos en energía y en materiales raros o al menos de bajo consumo: esto es lo que se llama low-tech, opuesto a la alta tecnología absolutamente insostenible. ¡Esta es un área donde el legendario ingenio de los/las colombianos/as debería hacer maravillas!
Pero para buscar un modelo que funcione, tendremos que hacer el duelo de las cosas innecesarias, revisar por completo el tema del transporte, la producción de energía, el urbanismo de las ciudades, abandonar los proyectos como las megaregiones que acentúan no solo la segregación social y la miseria, también aumentan la destrucción de la naturaleza y son grandes consumidores de energia.
Para tener una idea de la gravedad de la situación que tendrá que afrontar Colombia, cabe señalar que varios escenarios predicen que la mayor parte de Colombia será inhabitable [5] a finales de siglo si no se hace nada en las próximas décadas para descarbonizar la tierra / economía global. En 2011 la GFDRR decia:
La agricultura en Colombia es vulnerable a la aridez del suelo, la erosión y la desertificación, todo lo cual ya plantea graves amenazas y se espera que aumenten con el cambio climático. Actualmente, el 4,1 por ciento del suelo colombiano ya está afectado por la desertificación. En particular, 15 de los 23 distritos de riego con planes de riego a gran escala ya están afectados por degradación de la tierra. Se estima, bajo un escenario futuro, la duplicación de las concentraciones de CO2, 91,3 por ciento de la la superficie total se verá afectada [6].
GFDRR, 2011
En 10 años la situacion ha empeorado y lo constatamos con la deforestación en aumento. Por otro lado, es la combinación de calor y humedad lo que hará que estas latitudes no sean aptas para la vida. El sur de América del Sur se verá menos afectado por este fenómeno, pero sujeto a sequías fatales. Entonces, al final, el destino de nuestros vecinos del sur difícilmente será más envidiable. Lo mismo ocurre en África y Asia. Para entonces, China habrá dominado toda la región, pero ella tampoco se salvará. Sus propias áreas tropicales también serán inhabitables. Este oscuro escenario aún se puede evitar, pero nos queda poco tiempo.
Asi que el crecimiento para generar riqueza debe ser el menos importante de nuestras preocupaciones y de nada sirve buscar un modelo entre los países asiáticos, porque evidentemente la respuesta tampoco está ahí.
Además, es importante considerar que Colombia detiene el triste privilegio de tener una de las tasas más altas de desplazados internos y una de las tasas más altas de desigualdad en el mundo.
Por otro lado, desde el inicio de la crisis de Covid hemos visto que en todo el mundo, cuando sometemos a nuestras sociedades a una restricción como la que se vive, las desigualdades aumentan significativamente. Y la crisis de la Covid se parará lógicamente hasta que se vuelva soportable, como la gripa. También se debe tener en cuenta que el calentamiento global no desaparecerá por arte de magia, por el contrario, tiende a empeorar y las últimas previsiones (informe del IPCC) muestran que se está acelerando, asi que por las buenas o por la fuerza, si no queremos desaparecer, tendremos que desarrollar una economía de supervivencia para hacer frente a:
- el aumento de los riesgos naturales (inundaciones, sequías …) en intensidad y frecuencia
- la reducción de las superficies cultivables que, sumadas a los riesgos naturales, plantearán dificultades para acceder a los alimentos
- Dificultades para acceder al agua potable que ya afectan a una parte de la población.
- Riesgos de epidemias (dengue y malaria) por no hablar de las enfermedades emergentes, mientras que el acceso a la atención sanitaria será más complicado
Citas
[1] El Coltán en Colombia, entre ganancias globales y problematicas locales, dinámicas hacia una nueva vorágine. Laura C. Galvis S. Rafael A. Fonseca. Numero 12, 2011
[2]OCDE : le taux de suicide en Corée du Sud au plus haut niveau. https://fr.yna.co.kr/view/AFR20210719003100884
[3] De la democracia en pandemia. Barbara Stiegler . Gallimard, 2021
[4] La financiación de Corea del Sur del aceite de palma « verde » impulsa la destrucción en Indonesia. Web Modern diplomacy, enero 2021
[5] Global risk of deadly heat. Nature Climate Change. Mora, C., Dousset, B., Caldwell, I. R., Powell, F. E., Geronimo,
R. C., Bielecki, C. R., Counsell, C. W. W., Dietrich, B. S., Johnston, E. T., Louis, L. V., Lucas, M. P., McKenzie, M. M.,
Shea, A. G., Tseng, H., Giambelluca, T. W., Leon, L. R.,Hawkins, E. and Trauernicht, C. Junio , 2017.
[6] Vulnerability, Risk Reduction,and Adaptation to Climate Change. GFDRR. Abril, 2011
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