
[…] No es fácil ser lideresa en el país más peligroso del mundo para defender la tierra y el medioambiente, de acuerdo con el informe Voces silenciadas de Global Witness, una organización internacional que registra los asesinatos contra defensores alrededor del mundo. Organizaciones colombianas como el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz también han alertado de que, después de ocho años de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y la exguerrilla de las FARC en 2016, más de 1.500 líderes sociales han sido asesinados, 173 de ellos en 2024. […] (INDEPAZ, 2025)

¿Quién se identifica como líder social?
Según el gobierno colombiano, el criterio fundamental para identificar a un líder social radica en la actividad que realiza. “Su labor no depende de su género, origen, institución o remuneración, sino de su reconocimiento por parte de la comunidad, orientada a mejorar la calidad de vida, proteger el medio ambiente, recuperar territorios, fomentar la participación política o defender los derechos de las víctimas”. (Mininterior).
No hay una caracterización formal, no hay una limitación a sus actividades porque todo depende del contexto en el que se realice dicha actividad, no existen certificados ni un reconocimiento formal por parte del Estado colombiano a los líderes sociales.
El derecho a defender derechos en una democracia: La pluralidad de voces es otra dimensión democrática en la que los líderes sociales desempeñan un papel irremplazable. En una democracia sólida, la diversidad de enfoques debe ser respetada y fomentada, ya que enriquece el debate público y promueve iniciativas más representativas y sostenibles. Dejusticia Diciembre 14, 2024
“La Corte Constitucional, en su Sentencia SU-546 de 2023, destacó la necesidad de implementar una base de datos oficial que registre a los defensores de derechos humanos y líderes sociales, incluyendo información sobre tipos de violencia, presuntos responsables, modus operandi y perfiles de las víctimas. Actualmente, el Ministerio del Interior trabaja en la creación de este sistema como parte de las políticas públicas dirigidas a garantizar la seguridad y protección de esta población”. (MinInterior, 2025)
Asesinato sistemático de líderes sociales en Colombia
El asesinato sistemático de líderes sociales en Colombia tiene una explicación, romper por completo el tejido social, fragmentar los territorios, imponer el miedo y de esta manera evitar todo tipo de organización social contra la violencia, el despojo y el daño ambiental.
En este país nos quieren hacer ver que ser líder social es un acto temerario. Nos miran como si nuestra existencia fuera una provocación, como si pedir justicia fuera un exceso, y como si luchar por lo que es justo, por defender la vida, la naturaleza fuera sinónimo de imprudencia. No lo es.
Quienes elegimos este camino no lo hacemos por ego, ni por aplauso, ni por vanidad ideológica. Lo hacemos porque nos duele el territorio, porque no queremos que se lo traguen los intereses mezquinos, porque sabemos que lo que está en juego es la vida. No solo la nuestra, sino la de todos, incluida la no humana.
Y sin embargo, cada vez que alzamos la voz, cada vez que tocamos una puerta, cada vez que exigimos transparencia, información, justicia ambiental o acceso a derechos fundamentales, nos convertimos en un blanco, como lo demuestran los diferentes ciclos de violencia a lo largo de la historia de Colombia, como el ocurrido entre 2016 y 2018, cuando fueron asesinados más de 300 líderes sociales (Granma, 19 de julio de 2018).

Nos dicen que somos exagerados, que somos conflictivos, que buscamos problemas, nos asocian erradamente a grupos al margen de la ley para estigmatizarnos. Nos señalan como “los que no se ajustan”, “los que estorban”, “los que incomodan”. Y cuando la amenaza llega, cuando la policía aparece sin aviso, cuando nos siguen por la calle o nos llegan rumores de que “algo raro pasa”, entonces la culpa también es nuestra por no callar.
No queremos ser mártires. No queremos ser nombres en una estadística de líderes asesinados de Indepaz. No queremos estar en riesgo. No queremos amenazas. Queremos vivir.
Lo que pedimos no es privilegio, es protección. Lo que pedimos no es lástima, es reconocimiento a nuestra labor , alejado de los medios y las fotos . Queremos seguir cumpliendo nuestra misión con condiciones dignas, con garantías reales, no con palabras vacías o protocolos que no se cumplen.
Detrás de cada colectivo, de cada causa (cultural, de género, racial, ambiental, de derechos humanos, minorías políticas, víctimas del conflicto armado, recuperadores de tierras), de tutelas, demandas contra el Estado, detrás de cada acción popular, detrás de cada denuncia, hay tiempo, hay investigación, hay trabajo, hay rigor. Actuamos dentro de la Constitución, dentro de la legalidad. Lo que hacemos incómoda, sí, pero porque evidencia errores que muchos prefieren ocultar.

Nos tratan como si nuestras causas fueran frágiles, innecesarias o ingenuas. Pero cuidar de ellas también es cuidar la vida. Y nosotros cuidamos bosques, ríos, humedales, aves, comunidades, nuestra cultura, el deporte, las mujeres, los niños, buscamos la justicia, la paz, la libertad de expresión, la libertad de culto, queremos un país mejor.
No podemos acostumbrarnos al horror: ocho líderes cristianos asesinados y enterrados en el olvido

Las ocho víctimas de este atroz crimen eran líderes religiosos y sociales, la mayoría provenientes de Arauca. Fueron identificados como Jesús y Carlos Valero, Marivel Silva, Maryuri Hernández, Isaid Gómez, Óscar Hernández, Nixon Peñaloza Chacón y James Caicedo.
Ocho líderes cristianos fueron encontrados en una fosa común en el mes de junio de 2025, meses después de haber sido asesinados. Sus nombres, sus luchas, sus sueños y sus comunidades fueron brutalmente silenciados. ¿Dónde está la indignación colectiva? ¿En qué momento nos volvimos indiferentes a que ser líder social en este país equivalga a tener una sentencia de muerte?
Estos crímenes no pueden ser vistos como cifras. Cada vida arrebatada es una herida abierta en el corazón del pueblo. Ellos no murieron por casualidad ni por estar en el lugar equivocado. Fueron asesinados por levantar la voz, por caminar con dignidad, por tener fe, por organizar a sus comunidades y construir tejido donde otros solo siembran violencia y miedo.
Repudiamos y rechazamos este asesinato múltiple y cada asesinato de un líder social en Colombia. No aceptamos un país que sigue permitiendo que la vida de sus líderes valga tan poco. Exigimos justicia, verdad, memoria y garantías de no repetición. No se trata solo de que aparezcan culpables, se trata de desmontar la estructura de exterminio que se sostiene sobre la complicidad, el silencio y el olvido.
Hoy levantamos la voz por ellos y por todos los líderes sociales asesinados en Colombia. Porque su fe no era sólo religiosa, era fe en la vida, en la organización, en el bien común. Que su martirio no quede sepultado con ellos. Que su memoria nos sacuda. Que su muerte nos movilice.
La vida que defendieron no puede morir con ellos
No podemos permitir que los enterrados sean también olvidados. Cada uno de ellos creyó que la vida podía más que la muerte, que el amor a otros era acción concreta, que la espiritualidad también era resistencia. No eran figuras lejanas. Eran padres, hijos, hermanos, sembradores de comunidad, portadores de esperanza en zonas donde el Estado sólo llega con botas y no con derechos.
La vida por la que ellos lucharon no puede morir con ellos. Debemos sostenerla. Es necesario gritar sus nombres, caminar sus caminos, recoger sus banderas. Porque si la vida no se defiende desde lo profundo, entonces todo lo demás pierde sentido.
Reflexión
Que se nos mire, sí.
Que se nos valore, también.
Pero, sobre todo: que se nos proteja.
Porque este país no necesita más mártires. Necesita líderes vivos.
Hoy escribimos también por cada uno de ellos.

Por cada nombre que ya no puede alzar la voz. Por cada líder que fue silenciado por un país que aún no entiende que la vida no se negocia. Este artículo es un homenaje, pero también un llamado: No estamos dispuestos a desaparecer.
Como dijo Temístocles Machado, defensor de tierras en Buenaventura (asesinado en 2018):
“Si me matan, otros vendrán a seguir esta lucha. Porque la tierra no se vende, la tierra se defiende.”
Referencias
INDEPAZ https://indepaz.org.co/lideres-sociales-defensores-de-dd-hh-y-firmantes-de-acuerdo-
asesinados-en-2024/
Diario del Sur https://www.diariodelsur.com.co/masacre-en-guaviare-ocho-lideres-
cristianos-asesinados-y-hallados-en-fosa-comun/
Ministerio del Interior
https://www.mininterior.gov.co/noticias/lideres-sociales-en-colombia-una-vision-desde-el-
marco-juridico-y-las-politicas-publicas/
Dejusticia https://www.dejusticia.org/column/el-derecho-a-defender-derechos-en-una-democracia
Granma.cu www.granma.cu/el-mundo-a-contraplano/2018-07-19/mas-de-300-asesinatos-de-lideres-colombianos-en-los-ultimos-dos-anos-19-07-2018-20-07-56
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