« Como todo fantasma, la presencia injerencista del « castrochavismo » en los procesos políticos de rebeliones populares en otros países solo puede ser comprobada con el uso de la parapsicología o su afín en la comunicación social, que son los rumores. Y esta matriz continúa alimentando los conflictos entre Colombia y Venezuela, lo que es sumamente peligroso para ambos pueblos. [1].
Vendiendo el miedo
Bajo la sombra de Venezuela
En Colombia llevamos por lo menos 4 campañas (elección 2014, plebiscito, campaña 2018 y 2022) donde se repite la misma propaganda: Venezuela es el resultado de la izquierda, del comunismo, del socialismo del siglo XXI, dinero regalado y subsidios desbordados que acabaron con el aparato productivo. Un discurso que se quedó en la mente de muchos colombianos sin importar su ideología política y repetido nuevamente por los dos candidatos presidenciales del 2022.
El coro
Los candidatos, en coro, mantuvieron el discurso de poder caer en una profunda inestabilidad económica como las de Venezuela o Cuba, pero cuidándose de no hablar de los bloqueos económicos, a pesar de que diferentes expertos han explicado la crisis de Venezuela como una consecuencia del bloqueo impuesto por Occidente. Expertos independientes de la ONU como Alfred de Zayas o la reportera especial para la ONU Alena Douhan son claros: son medidas ilegales que han contribuido a la crisis, creando daños al pueblo venezolano.
El coco, un viejo miedo
Los ataques de campañas al vecino país vienen ya desde hace varios años y en su mayoría se relacionan a campañas políticas a lo largo de la América Latina para crear un enemigo a derrotar, como el fantasma del socialismo o el comunismo, y el hoy reciclado castrochavismo.
“El miedo, instrumentalizado y agitado como un trapo rojo delante de la población, provoca que, a veces, esta no constata el desfase entre el grado real de violencia sufrida y su percepción en las tensas circunstancias que se estaban viviendo. El generalizado estado de miedo y de ansiedad generado por la incertidumbre aceleró la dinámica de represalias y contra represalias, en medio de continuos llamamientos a la resolución de los problemas políticos por medio de la fuerza [2].
Eduardo González Calleja, 2016
Señalar al vecino
Pese a que los dos candidatos prometieron restablecer relaciones con Venezuela, continuaron a alimentar el discurso del CastroChavismo. Una vieja diatriba que lleva a los colombianos a votar por miedo y ver a Venezuela como un país enemigo, nutriendo la xenofobia.
Crece la xenofobia
Estos señalamientos traen como consecuencia el aumento de la xenofobia. El 21 de marzo de 2022, la ONU convocó a luchar contra la discriminación. La xenofobia puede conjugar sus distintas formas: racismo, misoginia, homofobia y hasta el odio a los pobres. En Colombia se prendieron las alarmas, puesto que en el país residen aún más de 2 millones de venezolanos. El rechazo lleva a insultos continuos, amenazas y/o a culparlos de los delitos estructurales que ocurren en el país.
Una de las principales promotoras de la xenofobia ha sido la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Tanto así que la misma CIDH ha salido a expresar su preocupación por las palabras de la funcionaria, puesto que la estigmatización genera un clima de violencia.
Es decir, cuestionar fuertemente a Venezuela para no ser vistos como cercanos al gobierno venezolano y repetir que no son de izquierda ni de derecha, pese a que los medios y opinadores así los catalogan.
Pero también los influenciadores, periodistas, los ciudadanos de las diferentes corrientes políticas o los despolitizados replican mensajes contra el vecino país en las diferentes redes sociales. Parece que para muchos es más fácil ver los defectos de Venezuela y no los de Colombia que son mucho más graves e indeseables. Veamos, Venezuela 2—–>
Citas
[1] El fantasma del castrochavismo vuelve a Colombia. 2020. https://misionverdad.com/globalistan/el-fantasma-del-castrochavismo-vuelve-colombia
[2] Los discursos catastrofistas de los líderes de la derecha y la difusión del mito del « golpe de Estado comunista ». Eduardo González Calleja. 2016. Open Edition Journals
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