Ya no es posible negarse a aceptar que estamos en una situación de emergencia planetaria, en la que destaca un desarreglo climático cuyos efectos son ya evidentes. No es posible seguir afirmando que el planeta es muy resistente, que lo que los humanos estamos haciendo con la Tierra es mínimo comparado con los cambios que ha experimentado antes por causas naturales. Como ha señalado la comunidad científica, el problema no está solo en los cambios sino también en la rapidez de los mismos. Los cambios provocados por los seres humanos están siendo tan profundos que se habla de una era geológica nueva, el antropoceno, término propuesto para destacar la responsabilidad de la especie humana en la creación de los problemas… y en las vías de solución; porque, como se fundamenta en el IV Informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, IPCC, todavía estamos a tiempo [1].
Descarbonización
Es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO₂), a la atmósfera.
La descarbonización de las economías surge por la preocupación de los efectos del cambio climático y a la desaparición de ecosistemas de forma acelerada.
Ciudades consumidoras
Estos efectos son explicados por el modelo de producción capitalista que trae consigo, entre otras cosas, la expansión de las ciudades. Ciudades que cada día son más insostenibles debido a la cantidad incontrolada del consumo de recursos.
Según la ONU, « Las ciudades y las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen al 60 % aproximadamente del PIB mundial. Sin embargo, también representan alrededor del 70 % de las emisiones de carbono mundiales y más del 60 % del uso de recursos » [2].
Compromisos y objetivos
En 1992 la Cumbre de Río y su declaratoria nos hablan de:
- La interconexión entre los derechos humanos, el desarrollo igualitario, la paz y el medio ambiente.
- La urgencia de tomar acciones contra el cambio climático y la necesidad de generar un desarrollo sostenible
- Establecer medidas de cautela para la protección ambiental
- La aplicación del principio de precaución (Principio 15) y la evaluación de impactos ambientales (Principio 17), cuando haya riesgo de daños considerables al medio ambiente.
Desde el 2012, la ONU incorporó el tema de la descarbonización de las economías en los ODS (17 objetivos de desarrollo sostenible para el 2030). Objetivos que adquieren nuevamente importancia en la agenda mundial luego del escenario pandemia.
Impactos negativos
Los efectos negativos que vemos hoy en el planeta, como la contaminación, la pérdida de ecosistemas, el cambio climático, las enfermedades crónicas – por ejemplo el aumento de los problemas respiratorios – son solo algunas de las consecuencias del uso del carbón y el petróleo para generar energía y la producción que abastece al mundo.
Los impactos negativos que la contaminación del aire tiene en la salud han sido documentados de manera extensa. A pesar de que el aire contaminado entra al cuerpo a través del tracto respiratorio, tiene efectos sistémicos que pueden dañar otros órganos (Schraufnagel et al., 2019). La contaminación del aire está ligada a muchos problemas de salud, incluso causando la muerte prematura en niños y adultos (Chay y Greenstone, 2003; Curtis, Rea, Smith, Fenyves y Pan 2006) [3].
Como vemos, es una prioridad pasar de las palabras a los actos y llevar a cabo la descarbonización. Es importante que la ciudadanía realice la presión a los gobernantes, exigiendo el derecho a un medio ambiente sano, ya que en lugar de actuar y aumentar el gasto en el cuidado del medio ambiente, « lo que hacen los gobernantes son recortes que implican que las entidades relacionadas con el manejo de recursos naturales podrían no estar en condiciones de cumplir con su misión y con el logro de las metas asociadas a los ODS. Es decir, si los países tienen marcos legales relativamente sólidos, sin un presupuesto que los respalde, estos resultan inútiles »[4].
Sin embargo, pese a los objetivos trazados, el modelo económico ha seguido con su dinámica:
El desarrollo productivo basado en la explotación de los recursos naturales.
Combustibles fósiles
Son una fuente de energía que proviene de la descomposición de materia orgánica de animales, plantas , bacterias, microorganismos, algas y cuyo proceso de transformación tarda millones de años. Se clasifican en 4 tipos -petróleo, carbón, gas natural y gas licuado de petróleo. Según las Naciones Unidas, estos comprenden el 80% de la demanda actual de energía primaria a nivel mundial, convirtiéndose en la fuente de 2/3 de las emisiones mundiales de CO2.
Como vemos, el tema de la descarbonización se viene hablando desde hace varios años y a pesar de ello, el aumento del consumo de combustibles ha aumentado en años recientes y la tendencia no parece revertirse, ni siquiera para el 2030 como se planteó en los ODS de la ONU.
¿Cuándo debe comenzar la transición energética?
La respuesta debería ser obvia: ahora mismo. Pero a pesar de las promesas y objetivos trazados, los intereses económicos y políticos prefieren llevar a cabo transiciones a muy largo plazo, sin acciones ni compromisos concretos. Existe un consenso global sobre el tema, la agenda mundial plantea una descarbonización para 2050, no obstante, pese a las promesas, hoy nos encontramos frente a un conflicto Rusia-Ucrania, en un escenario de post pandemia, con inflación y recesión global, lo que está llevando a Occidente a impulsar la producción de carbón desde países como Alemania o Francia, quienes piensan en reabrir sus antiguas centrales eléctricas a carbón.
Esto implicaría la demanda de carbón y Colombia se perfila como gran exportador para activar la economía mundial. De nuevo, con las formas tradicionales de producción, es decir, contaminación y violación de los derechos humanos.
Emisiones
El dióxido de carbono (CO2) es el principal gas de efecto invernadero que se emite a raíz de las actividades del ser humano.
En cuanto a las emisiones, « La Unión Europea ya se ha comprometido a reducirlas en un 40 % para 2030 (con respecto a 1990) y la nueva Comisión Europea pretende incrementar ese objetivo hasta el 55 %. Pero las sucesivas Cumbres del Clima no logran arrancar a los Gobiernos compromisos firmes por temor a que la descarbonización suponga costes inasumibles para el PIB y el empleo. Desde nuestra perspectiva, sí es posible, pero con una profunda transformación de la economía » [5] .
Acción de la ciudadanía
Teniendo en cuenta lo anterior, frente al incumplimiento e inacción de los gobernantes, la ciudadanía debe actuar ya, entre otras cosas, para:
- Tomar acciones para proteger los ecosistemas – frenar los daños- desde lo jurídico,
- Reunir a las comunidades en defensa de la naturaleza
- Realizar labores de pedagogía para crear conciencia de la importancia del medio ambiente para nuestra supervivencia
- Hacer conocer a la ciudadanía que el medio ambiente es un derecho constitucional
- Organizar talleres del cuidado de la naturaleza e informar de la importancia de cambiar de modelo económico.
Para salvar el planeta es necesario salir del capitalismo y construir una nueva sociedad en la que la economía no sea más que una herramienta, donde la cooperación le gane a la competencia, donde el bien común prevalezca sobre el lucro.
Para salvar el planeta. Salir del capitalismo. Hervé Kempf, 2010
Lamentablemente, es una evidencia, los gobiernos están muy lejos de proponer agendas de una verdadera transición energética y apostar a un modelo económico donde la tecnología, el desarrollo y la protección de la naturaleza vayan de la mano.
Y mientras se mantengan las subvenciones a hidrocarburos, no será posible avanzar en el uso de otras tecnologías, puesto que su competencia en costos termina en desventaja.
¿Qué pasa si no se realiza descarbonización en la economía mundial?
« La acumulación de gases contaminantes hace que las temperaturas aumenten cada vez más y que los climas cambien: esto provoca sequías y, además, aumenta el riesgo de incendios que conllevan a la deforestación y la desertización del planeta » (Oxfam Intermón).
« El cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando ». Algunos de sus efectos, como el aumento de la temperatura y nivel del mar o el recrudecimiento de eventos naturales extremos, ya se están dejando notar ». (BBVA, 2021).
Es urgente mitigar los efectos del cambio climático y gases invernadero. Si no tomamos acciones inmediatas simplemente perderemos gran parte de recursos naturales, aumentará la sed y el hambre por pérdida de tierras para cultivos, perderemos a los insectos que son vitales para la polinización y el equilibrio biológico, de allí afectará a otras especies como aves y tendremos cientos de enfermedades nuevas por el cambio de temperatura.
La descarbonización en Colombia
Descarbonizar se ha vuelto tendencia por las campañas políticas recientes, aunque en realidad se viene trabajando desde 2012. Pero a pesar de trabajar el tema, los avances han sido pocos y muy lentos.
Financiación internacional
Actualmente, en la transición energética se tiene una agenda desde el 2012 liderada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que se denomina Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono (ECDBC).
En la primera etapa de identificación que culminó en 2016 se construyeron los planes de acción sectorial (PAS) y la segunda se adelanta desde 2018 con dos convenios de cooperación internacional « Construcción de capacidades para la contribución nacional” ejecutado por el PNUD, y financiado por la Agencia de Cooperación Española- Aecid-la Unión Europea y el Gobierno Alemán.
El segundo, implementado por el Fondo Acción, llamado “Moviendo la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono hacia la acción” hace parte de la Iniciativa Internacional del Clima (IKI) del Ministerio de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) de la República Federal de Alemania. (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible).
Sin rumbo
En la esfera política nacional existen voces a favor y en contra del tema de la descarbonización. Las voces en contra tienen una visión muy cercana a los negacionistas del cambio climático y no una visión basada en un sustento científico. Y las voces a favor, si bien plantean la preocupación, no tienen una agenda clara para llevar al país a una descarbonización rápida y el debate de fondo se centra en el tema del PIB desplazando la cuestión ambiental.
Ambigüedad política
Algunos políticos, ,como el ex senador Jorge Robledo, han liderado una voz de oposición en el tema. Sin embargo, pese a qué él y su partido Dignidad se reconocen como de « izquierda », no proponen un modelo económico diferente.
Además, su posición es ambigua frente al problema del cambio climático porque, por un lado, pide reforestación de las selvas, pero por el otro pide no parar la exploración y explotación petrolera que implica técnicas como el fracking que crea un gran impacto ambiental.
El ex senador centra su discurso en que Colombia produce bajas emisiones cuando la gran discusión debe focalizarse en la transición a energías que bajen la huella de CO2 en el mundo y en la protección de los recursos naturales. No debemos olvidar que Colombia es el segundo país en biodiversidad a nivel mundial y cuenta con gran cantidad de ecosistemas que se ponen en riesgo de continuar con la explotación de hidrocarburos.
Además, el ex senador omite que ciudades como Bogotá y Medellín presentan serios problemas de contaminación, lo que significa que hay la urgencia de cambiar las formas de producción de energía para la industria, así como la necesidad de una transición de energías para el transporte.
Economía sin medio ambiente
Una de las grandes preocupaciones de los gobernantes y políticos, es el PIB y su caída por los ingresos de hidrocarburos, que representan un 3.3% de crecimiento la economía. El petróleo es el 40% de lo que exporta Colombia al mundo. Y es por esta dependencia a los hidrocarburos que se debe hacer una transición inteligente, sin dilataciones y poniendo el medio ambiente como una prioridad.
Es de recordar, para no repetir los mis mismos errores, que el dinero proveniente del petróleo en diferentes bonanzas se esfumó. Es decir, a pesar de las regalías, el país no aumentó ni su infraestructura ni tampoco se invirtió a tiempo en tecnologías pensando a futuro para transitar de una forma gradual y de bajo impacto para la economía.
¿Qué tanto contamina Colombia?
« En el caso de Colombia, de acuerdo con una investigación realizada por Ricardo Delgado, Thomas B. Wild, Ricardo Arguello, Leon Clarke —expertos de las universidades de los Andes, Ibagué y Maryland (Estados Unidos)— tiene un promedio relativamente bajo de emisiones de carbono: 4.56 CO2 per cápita. La agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra, generan el 50% de emisiones. La energía, en la cual está incluida el sector del transporte, representa el 39%. Debido a la alta participación de las hidroeléctricas, el país también registra bajos índices de emisiones de carbono en la generación de electricidad » [6]
Cifras que contrastan con que Colombia es el segundo país de Latinoamérica que más contamina. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), Colombia es el segundo país con más contaminación del aire, con un promedio de 19.000 muertes anuales en todo el territorio. Bogotá, la capital, registra un valor de 15 PM2.5 de exposición (cantidad de smog que produce).
Por último, se debe tener en cuenta que
- La producción industrial es baja y que para descarbonizar se requiere reemplazar ingresos de otros sectores
- El ecoturismo, también tiene un impacto de destrucción del medio ambiente
- La agricultura, como la ganadería, requieren cambios sustanciales
- Expandir los sistemas de buses en las ciudades, como Transmilenio y con una lenta actualización de la flota de transporte de carga que dependen de hidrocarburos, poco o nada se avanzará en el nivel de emisiones urbanas y en el tema de descarbonización.
Conclusiones
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, sin un compromiso real a nivel mundial, nacional y local, es imposible alcanzar la descarbonización de las economías. Para realizarlo, se requiere un avance en el uso y consolidación de energías alternativas que incorporen tanto la tecnología como la ecología.
Por otro lado, también es importante acabar con las subvenciones a hidrocarburos a nivel mundial para incentivar y promover el uso de energías renovables.
Colombia depende altamente de los hidrocarburos, el 40% de lo que exportamos es petróleo y los esfuerzos por cambiar esa tendencia han sido limitados en estos últimos años, los programas de cooperación internacional no son suficientes sin la puesta en marcha de estrategias articuladas entre empresas, gobierno y las comunidades.
Existe una alta dependencia de hidrocarburos para sistemas de transporte y producción industrial.
En lugar de seguir expandiendo las ciudades como la mega-región de Bogotá, que traerá más desigualdad y contaminación, debemos empezar a reflexionar en la necesidad de disminuir el tamaño de las ciudades. Disminuir significaría poco consumo de energía, reducir las distancias de abastecimiento de los municipios (agricultura local) lo que permite más autonomía y menos desplazamientos. Las ciudades pequeñas dependen menos del transporte de larga distancia que una gran ciudad, lo que limitaría el calentamiento global.
Esto hace pensar que el modelo de desarrollo económico que se plantee para Colombia en los próximos años debe ser coherente con la descarbonización. Y debe romper con las formas de producción tradicionales pensando en los próximos años en la verdadera sostenibilidad en el tiempo.
Es decir, un balance entre lo ecológico, la tecnología (low-tech) y un desarrollo con cambio de modelo económico. Colombia posee una riqueza en biodiversidad incalculable y es una urgencia protegerla.
Citas
[1] Frenar el cambio climático. Vilches, A., Gil Pérez, D., Toscano, J.C. y Macias, O. 2014. OEI. ISBN 978-84-7666-213-7
[2] Objetivos de desarrollo sostenible. ONU https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/cities/
[3] COVID-19: impactos en el medio ambiente y en el cumplimiento de los ODS en América Latina.Desarro. soc. no.86 Bogotá Sep./Dec. 2020 Epub Sep 30, 2020
[4]COVID-19: impactos en el medio ambiente y en el cumplimiento de los ODS en América Latina.Desarro. soc. no.86 Bogotá Sep./Dec. 2020 Epub Sep 30, 2020
[5] Como descarbonizar la economía. Blanco Oscar, Sanz Jorge. 2020. www.investigacionyciencia.es
[6] Los retos para alcanzar las metas de descarbonización en Colombia.2020. https://cods.uniandes.edu.co/los-retos-para-alcanzar-las-metas-de-descarbonizacion-en-colombia/
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